La noche me agarró desprevenida. Caminé en la oscuridad durante horas hasta que tropecé y caí. Perdí el conocimiento, no se por cuanto tiempo, pero desperté nuevamente en las sombras. Tanteé a mi alrededor y descubrí que me encontraba en una especie de compartimiento tubular. Apenas entraba acurrucándome en posición fetal. Alcancé a tocar las paredes y vi que era de una tierra húmeda. Hundí mis dedos y cerré el puño. Pude sentir los granos escurrirse entre mis dedos. El frío de la humedad me heló un poco el corazón y me dolió.
Decidí sentarme un rato. Comencé a sentir el latido de mi corazón golpeando mi pecho cada vez más fuerte. Una sensación de opresión me invadió súbitamente. No pude evitar llorar para aliviarme. Llevé mis manos a mi rostro, nadie me veía pero igual sentía vergüenza. Mi nuevo maquillaje pasó a ser una mezcla de tierra, lágrimas y rimmel. Estaba sola.
Ya hace más de un año que estoy encerrada en esta prisión de tinieblas y ya quiero salir. Pero necesito ayuda, y no es una cuestión de fuerza, sino de un encuentro. Los hombres mas fuertes lo han intentado pero no han podido encontrar mi mano, por más que trataron y en muchos casos mas de una vez. Simplemente aquello que necesito para escapar no se encontraba en esas formas.
Pero, no voy a perder las esperanzas.
Sé que estas ahí.
Salvame.